El martes próximo continúa el Ciclo Diálogos en la Comunidad, edición 2016, organizado por la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Paraná a través de su Centro de Mediación Comunitaria, con el fin de seguir promoviendo acciones y espacios tendientes a facilitar herramientas para el abordaje adecuado de los conflictos cotidianos y la prevención de la violencia, apuntando a compartir reflexiones y realizar aportes constructivos a la convivencia.

En el primer martes de junio comienzan tres talleres consecutivos, aunque independientes entre sí, sobre Biodanza, a través de la propuesta «Un camino para el encuentro humano».  Serán los días martes 7, 14 y 21 de este mes, de 16 a 18,30, en la Escuela Nº 190 Obispo Gelabert y Crespo (Avenida de las Américas 1901, casi Pronunciamiento). Las facilitadoras de los talleres serán Marina Cerrato, Liliana Ciccarelli, Cecilia Greca, Mara Herrera, María Elena Sain y Susana Villarroel.

El Ciclo Diálogos en la Comunidad se inició en 2015 con un éxito notable en la convocatoria, pues los ochos talleres programados entre mayo y diciembre contaron con salas repletas de asistentes. Este año, el comienzo fue también en mayo con tres talleres sobre Programación Neurolingüística. Comunicación Eficaz. Vínculos sanos, que tuvieron una adhesión notable de público. Esta primera etapa del Ciclo, como ocurrió el año pasado, contó con la participación de estudiantes, docentes, profesionales de distintas disciplinas y vecinos en general. Se llevaron a cabo en la sala de la Asociación Barriletes.

La actividad es abierta y gratuita. Los interesados en participar de los próximos talleres sobre Biodanza deberán escribir al mail dialogoscomunidad@gmail.com. Por consultas también podrán comunicarse a ese correo, ir personalmente a Monte Caseros 161, sede del Centro de Mediación, o llamar al número telefónico (0343) 4211029. El horario de atención es de 8 a 13.

Sobre la biodanza

Biodanza es un método vivencial que busca favorecer la expresión del potencial de salud que tienen las personas, procurando la integración,  individual, con los otros y con el medio, a través de la música, el movimiento y el trabajo grupal, informan las profesionales a cargo.

Se percibe en las relaciones diarias  un modo de conexión entre las personas que, sin llegar necesariamente a la violencia, no supera barreras de incomprensión y discriminación. La búsqueda de caminos que permitan transformar ese presente  centrar la atención en el modo en que se produce la vinculación entre las personas. Biodanza propone una metodología que revaloriza el grupo humano como matriz y espacio de aprendizaje en un encuentro que, teniendo como eje la afectividad, permita tomar contacto con la capacidad humana de empatía, solidaridad, ternura, acotan.

Entre las características de la práctica de la biodanza, se destaca el hecho de que  cualquier persona puede participar, no hay límites de edad o condición; que los ejercicios son progresivos, tienen en cuenta el espacio personal y los límites de cada participante; que se respetan los ritmos orgánicos propios y la capacidad de esfuerzo en el momento de la clase y que las consignas constituyen sólo un modo de orientar a los participantes en la búsqueda de un movimiento espontáneo, expresivo y auténtico, informan por último.