El Defensor del Pueblo de la Ciudad de Paraná, Luis Garay, acompañó a vecinos, dirigentes sociales y ambientales de la ciudad, preocupados por el proyecto de ejecución del puente entre Paraná y Santa Fe, a una reunión con su par de la Defensoría del Pueblo de la provincia santafesina, Raúl Lamberto.

El motivo del encuentro fue iniciar conversaciones que deriven en gestiones tendientes a facilitar el acceso de la información pública referida a la obra y a visibilizar las opiniones, dudas y posicionamientos de habitantes de Paraná que observan con inquietud el desarrollo preliminar del proyecto.

El Defensor Luis Garay abrió la reunión explicando las dudas y necesidades de vecinos de la ciudad ante los anuncios de ejecución de la obra que cruzará el río Paraná. Aclaró que el punto de discusión es la ubicación del puente, no la obra en sí, pues se trata de una infraestructura históricamente anunciada que absorbería el paso del tránsito pesado aliviando el flujo por el túnel subfluvial Uranga-Sylvestre Begnis. Al respecto, el Defensor puso énfasis en la necesidad de resguardar desde instituciones como las Defensorías el acceso a la información por parte de los vecinos, como así también la canalización de la voz ciudadana ante quienes tienen la responsabilidad de tomar decisiones.

Héctor Fischbach, vecino del barrio Toma Vieja, hizo un detalle pormenorizado del proyecto, de la contratación de una consultora en 2012 para realizar los análisis previos de la obra,  las distintas trazas posibles y la que finalmente habría sido decidida a fin del año pasado que cruzaría por el lado más angosto del río, a la altura del Camping de la Toma Vieja. Puso énfasis en la manera en que habría sido definida esa traza y el impacto que -los vecinos afirman- será negativo para esa sector norte de Paraná. En ese sentido, se refirió a la pérdida que significará para la ciudad parte del camping público, declarado por ordenanza paisaje protegido, y el perjuicio para la zona en general, en franco crecimiento urbano.

Uno de los argumentos que se expuso con firmeza en la reunión, con incumbencia para ambas provincias, radica en la posible afectación de la infraestructura del túnel si se resolvería desarrollar la última traza, frente a la Toma Vieja. Sobre ese punto, Alicia Glauser, integrante de la Asamblea Ciudadana Vecinalista, expresó la preocupación en base a información y testimonios obtenidos por el grupo organizado en un movimiento denominado Despierta Paraná, creado justamente para abordar el tema del puente y su impacto. La vecinalista aclaró que el slogan del movimiento es Sí al puente, no en la ciudad, para reafirmar la aceptación de la obra y el rechazo a la ubicación en inmediaciones de la Toma.

Por su parte, Roberto Schunk, docente universitario y ex funcionario provincial, explicó que la relevancia de la obra excede a la jurisdicción de ambas ciudades capitales y la situó en el contexto regional que involucra a las dos provincias. En ese marco, apoyó una de las posibles ubicaciones planteadas: el puente en la zona suroeste de la ciudad y, en consonancia con esa posibilidad, se refirió a un proyecto de reinstalar un puerto en Diamante y al desarrollo regional.

 

Los vecinos expusieron sus preocupaciones y reclamos.

Marcelo Haddad, dirigente socialista y ex concejal de Paraná, puso énfasis en la necesidad de que se abran ámbitos de participación ciudadana en ambas provincias y mencionó las audiencias públicas como instrumento esencial. Señaló luego que los procesos de debates son asimétricos entre Entre Ríos y Santa Fe: en esta última provincia hay un plan estratégico y la ciudad se ha dado un proceso de debate más colectivo, dijo. Mientras, en Entre Ríos no ha habido nada de eso, aseveró. Así, propuso que sería significativo que se pueda plantear entre ambas Defensorías un espacio de debate para que intervengan las dos provincias y la comunidad civil sobre una mega obra que tendría un impacto estratégico por el corredor bioceánico.

Seguidamente, Daniel Verseñazzi, integrante del Foro Ecologista de Paraná, volvió sobre el túnel subfluvial y la necesidad de preservar esa obra. Mencionó una recomendación de los constructores alemanes, quienes habrían puesto límites en el terreno de cubierta de los tubos donde desaconsejan cualquier intervención. Según los vecinos, si la ejecución del puente avanzara con la última traza (en la zona de la Toma Vieja), la obra tendría impacto en el túnel. En ese sentido, se preguntan si se ha encarado algún estudio sobre el posible impacto en el viaducto y también en lo concerniente a lo ambiental. Respecto de este último punto, el vecino se explayó sobre las consecuencias negativas que tendría la emisión de gases de la combustión producida por el tránsito pesado para la población aledaña a la ruta, así como también en los humedales de la zona. Por su parte, Marina Virgilio, habitante de la Toma Vieja, expuso la preocupación de los ciudadanos del barrio referida al futuro de sus viviendas, muchas de ellas levantadas con créditos Procrear en plena vigencia. También sobre el reciente tendido del servicio de gas natural, obra solicitada hace años por el vecindario.

Por último, el Defensor Raúl Lamberto propuso a los vecinos realizar una presentación por escrito, con la documentación respaldatoria con que cuente el grupo, ante esa institución que permita elevar al gobierno provincial de Santa Fe las inquietudes y dudas de interés común como son las referidas al posible impacto en el túnel subfluvial y en los humedales. Asimismo, los vecinos comentaron que vienen reuniéndose con funcionarios del gobierno provinciales de Entre Ríos, a quienes han comunicado la profunda preocupación y el pedido para que se reconsidere la traza que cortaría en dos a la zona de la Toma Vieja.