Con las manitos llenas de colores y con un entusiasmo colmado de risas, abrazos y saltitos nerviosos, las nenas y nenes de 4 y 5 años del Jardín La Tortuga Andariega de la Escuela Nº 181 Osvaldo Magnasco de Paraná, junto a sus mamás, papás y docentes, comenzaron a pintar un mural en las paredes del establecimiento, ubicado en Avenida Almafuerte 1060.
La obra es en el marco de la conmemoración de los 50 años del jardín, al que asisten alrededor de 80 niños y niñas, y se realiza con la colaboración y coordinación del Centro de Mediación de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Paraná.
El mural comenzó a gestarse a partir de encuentros en la escuela, en los que jardineritos y seños comenzaron a plantear ideas, que se fueron plasmando en dibujos, que terminaron en un boceto que fue delineándose en las paredes del frente y en el pasillo de ingreso de la institución.
“En talleres trabajamos la idea de la tortuga que anda por todos lados, que es muy lenta, pero va adquiriendo distintos conocimientos y experiencias por tener esa condición de andariega, de marcha pausada y tranquila”, cuenta Andrés Leiva, muralista y artista plástico, integrante del equipo de trabajo del Centro de Mediación.
De esa instancia “de trabajo con los chicos y las docentes, salieron diferentes ideas de tortugas, con distintas interacciones”, añade y reafirma que la obra se funda en “la idea de pintura comunitaria que siempre está presente” en cada mural concretado desde la Defensoría de Pueblo.
En base a esa convicción, mamás, papás y docentes, junto a los niños y niñas, empezaron en la mañana gris y fría del miércoles 6 de julio a darle color a un dibujo hermoso, lleno de verde, en el que la tortuga andariega se va encontrando, en medio de un vergel, con niños, con otras tortugas, con distintos animales, flores y plantas.
“Con ayuda de los papás y las mamás, estamos enseñando y promoviendo el arte comunitario, de una manera que se pueda trabajar y disfrutar entre todos”, afirma Andrés Leiva, quien realiza el trabajo con la colaboración de integrantes del Centro de Mediación.
Un boceto, pegado en la pared, guía en la tarea de elegir los colores, los distintos tonos de verde y los contornos de los dibujos.
Representativo
Además de ser una manera de conmemorar el medio siglo de existencia del jardín, la intención es que el mural se constituya en una bella manera de expresar el sentido de pertenencia a la institución e identificar el sector de ingreso de los más pequeños a las salitas, explica la docente Mirta Ponce.
Se buscó “algo representativo”, señala y comenta que se realizó una recopilación de información que permitió determinar el aniversario del jardín, que se celebrará con distintas actividades hasta fin de año.
La pintura iniciada esta semana avanzó hasta lo que permitieron los días grises y fríos. El trabajo pudo realizarse en la parte cubierta y queda para el retorno a clases el sector del frente del edificio.
En la ciudad
La Defensoría del Pueblo, a través del artista plástico Andrés Leiva, viene impulsando desde 2018 diversos proyectos participativos en espacios comunitarios de distintos barrios de la ciudad, en el marco del Programa Arte y Convivencia de la institución. A través de los murales, se buscan visibilizar derechos ciudadanos, generar reflexión sobre distintas realidades y temáticas, así como realizar homenajes a, por ejemplo, personas trabajadoras de una comunidad, y reivindicaciones a procesos históricos de instituciones, como es el caso de la existencia del jardín de la escuela Magnasco. Todo ello se logra en base a herramientas de las artes plásticas, el diálogo, del trabajo multidisciplinario y de la participación comunitaria.