La ronda de los martes o charla de los martes es como se le denomina a un espacio de encuentro y acompañamiento, que comenzó en plena cuarentena, el 29 de julio de 2020, para las personas alojadas en la Residencia Municipal para Adultos Mayores en Situación de Calle Madre Teresa de Calcuta de Paraná.
La iniciativa, motorizada y mantenida de forma ininterrumpida durante estos dos años, está a cargo de mediadores voluntarios del Centro de Mediación de la Defensoría del Pueblo de Paraná, en el marco de un programa de la institución denominado Acciones Solidarias.
El grupo de hombres alojados y de mediadores transita por estos días casi el centenar de encuentros y el espacio, considerado inédito, parece renovarse, fortalecido en fuertes vínculos de amistad, cariño y fraternidad.
La propuesta inicial consistió en conformar una ronda de conversaciones, donde todos los participantes pudiesen compartir experiencias, sus historias de vida, estados de ánimo, convicciones y expresar sus propias emociones y sentir las de sus compañeros. Transcurrido el tiempo, y a modo de balance, esos objetivos se han cumplido con creces, según afirman los participantes.
Desde el comienzo y durante el aislamiento estricto, las reuniones se concretan a través de la plataforma Zoom, mediante la instalación de un televisor en el comedor de la casa de calle Don Bosco 1724, sede de la Residencia.
La modalidad virtual se mantiene en la actualidad debido a que los participantes se sienten cómodos con la misma, aunque se intercalan reuniones presenciales por motivos especiales. Y la celebración por la permanencia del grupo en estos dos años fue una causa más que valedera para que el encuentro fuera cara a cara. La cita es todos los martes a las 16.
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De todo un poco
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El fútbol, los goles de los partidos del fin de semana -y las bromas en torno de esos resultados- es el tema con el que los participantes de la ronda empiezan a ubicarse en torno de las mesas del comedor en la reunión del martes 2 de agosto.
También se plantea la posibilidad de organizar una celebración, una choripaneada al aire libre, en primavera, por los dos años de las rondas, una experiencia que definen de “muy buena”.
A diferencia del martes anterior, cuando el tema que surgió fue el de la amistad y todos pudieron hablar de sus vivencias y sentimientos más profundos, en esta oportunidad la charla propuesta gira en torno de las rondas, al aniversario y lo que significa para cada uno.
Pero entre medio de la conversación amena surgen diálogos relacionados a la cuestión de género y a los mandatos culturales, con arraigo más fuerte –dicen- en personas mayores. Se habla sobre las enseñanzas de que había “cosas de hombres y otras exclusivas de la mujer”. Y se aportan ejemplos de situaciones mal vistas socialmente: que los hombres lloren o que hagan manualidades (tejido o costura). Ante eso, y a modo de contraste, uno de los participantes menciona el funcionamiento de un taller de costura en la Residencia en el que integrantes de la casa participan de la confección de cartucheras, bolsas, individuales, servilletas.
Otro tema que se cuela en la charla se relaciona con las distintas personalidades y maneras de ser de las personas que, en casos, se reflejan en el tono de voz o la forma de hablar, y los prejuicios que se generan en torno de esas características. En ese punto se recalca la importancia de reconocer que “todos somos diferentes” y que el respeto mutuo y la tolerancia son fundamentales para lograr una mejor convivencia.
La Residencia Municipal Madre Teresa de Calcuta fue creada por ordenanza en base de un proyecto elevado por la Defensoría del Pueblo de Paraná para atender la problemática de las personas en situación de calle. El establecimiento recibe a “adultos mayores, sin techo, de sexo masculino, en situación de calle”, consigna la norma. Actualmente hay once personas y el espacio tiene capacidad para doce. El objetivo es fomentar los derechos de las personas mayores para su reinserción en la comunidad.
Qué piensan y sienten los participantes
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En un clima de camaradería, respeto, complicidad y mucha risa, los asistentes a las rondas fueron dejando su parecer, en una especie de balance, sobre las charlas.
“Han sido constructivas, muy positivas”, dice Raúl Fortunato Franco, quien destaca que han podido opinar sobre distintos temas. “En algunos, nos hemos puesto de acuerdo y en otros, no; pero la charla siempre ha sido constructiva”, reafirma.
Para Antonio González, quien es el más antiguo en el lugar, ya que permanece desde hace 16 años, a poco de la inauguración de la Residencia, remarca el compañerismo en el grupo y el hecho de que “se pueda hablar”.
Y agrega: “En algunas cosas estoy de acuerdo con el resto y en otras no, y eso me gusta”. Recalca la importancia de poder “estar tranquilos y poder respetarnos”. A Antonio le costó integrarse al principio porque no sabía bien qué hacía él en esa reunión, pero después se empezó a enganchar con la modalidad de conversación y los temas, explica. Al respecto, añade que le “gustó mucho” el encuentro en el que se habló de la amistad.
Para Aníbal Cerrudo, las rondas le han permitido conocer historias de vida de sus compañeros y personas muy buenas. “Estoy muy agradecido por la gente que he conocido, ha sido muy interesante y espero que siga, que dure mucho más”, expresa. Una opinión parecida tiene Fabio Villaverde, quien habla de los temas interesantes que se abordan y de la posibilidad de que cada una dé su opinión.
Rubén Blanca es otra de las personas con más tiempo en el establecimiento: lleva 15 años. Agradece haber encontrado “gente maravillosa y con muy buenos conocimientos de vida”. Menciona que las reuniones fueron muy importantes en tiempo de aislamiento por la pandemia y, en su caso, cuando ha estado desanimado, triste. Dice que ha podido quedarse con mensajes de vida y enseñanzas muy valiosas. “Estoy muy agradecido. La he pasado muy bien. Somos todos distintos y me he sentido muy bien”, agrega.
Carlos Pasutti estuvo un año y medio en el establecimiento y hace cuatro meses que se fue, ya que pudo alquilar un lugar; pero sigue yendo a las rondas y a la Residencia. “Es un grupo de amigos. Me siento muy bien, me gusta mucho, me hace muy bien”, manifiesta en relación a la charlas.
Y la palabra amistad se repite a cada rato entre los participantes. Los mediadores Mariana Rodríguez Traba, María Luz Avellaneda y Luis Garay, ex Defensor del Pueblo, participaron el martes y ponen énfasis en la relación generada en el grupo y hablan de la profundidad de los vínculos.
Sobre la dinámica de las charlas, expresan que es muy importante que “todos podamos decir lo que pensamos o sentimos”, al tiempo que ponderan el hecho de haber podido “sostener las charlas y el grupo como lo hicimos en plena pandemia, a veces por zoom y después presencial y poder hablar cosas importantes para ustedes y para nosotros. No es lo habitual”.
De la ronda del martes participaron además Camila Mahillo, directora de la Residencia, y la cocinera y tallerista, Élida Duarte.
El equipo de mediadores y mediadoras que participa de las rondas se completa actualmente con Silvina Orrego y Germán Goncebat. Acompañó esta charla también Ana María Fava, quien condujo un taller de creatividad presencial durante 2021.